jueves, 24 de mayo de 2012

CRISIS Y COMERCIO (20 de marzo de 2012)


Diario Montañés, 20 de marzo de 2012

La crisis económica se está llevando por delante parte del comercio tradicional santanderino. Basta con pasear por nuestras calles para comprobar la cantidad de escaparates en los que cuelga el cartel de «cerrado» o «se traspasa». Pero el paseante también puede descubrir que con las estrecheces económicas florecen otro tipo de negocios. A los ya muy asentados bazares chinos, que últimamente han ocupado algunos de los mejores bajos comerciales de la ciudad, se han sumado ahora los que anuncian la compra de oro «en las mejores condiciones», y las primeras tiendas de compraventa de artículos de segunda mano. Lo que confirma que en tiempos de privaciones el ingenio surge por doquier.
Lo del oro merecería un estudio más reposado, porque en ese metal están invirtiendo no sólo las grandes fortunas –su rentabilidad en las últimas grandes crisis se estima en un 21% anual–, sino los prestamistas –ofrecen dinero instantáneo a cambio de pagar muy por debajo de los precios del mercado– y ahora también algunas joyerías –compran oro más barato para elaborar sus joyas con mayor margen económico–. Dos casos estos últimos en los que queda patente que la falta de crédito bancario conduce al doloroso camino del empeño.
Las tiendas de segunda mano, a las que auguro una rápida expansión, tienen el peligro de atacar a la economía capitalista en su línea de flotación, ya que lentifican el consumo sostenido, que es el que permite sacar adelante la producción de las fábricas. Por no hablar del daño que pueden causar, aun sin pretenderlo, a las tiendas que venden los mismos artículos, pero de primera mano. (Casualmente han coincidido estos días las noticias de la apertura de una tienda que basa su negocio en la venta de artículos usados para niños y el anuncio de cierre de Prenatal).
Es el peaje que hay que pagar en una sociedad que parece encaminarse a las primitivas formas del trueque.


No hay comentarios:

Publicar un comentario