jueves, 24 de mayo de 2012

VESTIR AL DESNUDO (11 de marzo de 2012)


Diario Montañés, 11 de marzo de 2012

El presidente Ignacio Diego ha proclamado recientemente una frase lapidaria que removió los cimientos de nuestra autonomía, superó sus muros –«si un tiempo fuertes, ya desmoronados»– y alcanzó resonancia nacional: «vamos desnudos, no hay ni un euro».
A las pocas horas Íñigo de la Serna –que no puede culpar de sus cuitas económicas a gobiernos de otro signo político– dio un paso adelante y presentó un plan de estímulo de la actividad económica, manifestando que lamentarse sirve de poco y que sólo se saldrá adelante con trabajo y optimismo.
Aprendí de niño que una de las siete obras de misericordia es vestir al desnudo. Y en un principio pensé que el alcalde, cual nuevo San Martín de Tours, con estos planes imaginativos quería prestar la mitad de su capa al presidente, siquiera para cubrir una parte de sus vergüenzas. Después, tras un análisis más reposado, llegué a la conclusión de que con su propuesta lo dejaba aún más desnudo.
Esta misma semana Íñigo ha vuelto a tomar la iniciativa y ha anunciado una serie de eventos culturales con motivo del centenario del palacio de la Magdalena. Si a esto se une la labor de la Fundación Santander
Creativa –que precisamente nació tras un fracaso, el de la capitalidad cultural– tenemos otro tirón de orejas a quienes en ese ámbito de lo cultural están aportando muy poco, y a la falta de dinero unen una carencia preocupante de imaginación (cabe recordar que en el día de las letras de Cantabria ni siquiera dieron un diploma acreditativo a las editoriales ganadoras del premio a la edición).
Está claro que hoy por hoy ambos representan modos muy distintos de hacer política dentro del mismo partido.
A este paso, en las próximas elecciones es posible que Íñigo pueda cumplir con la séptima obra de misericordia, si Diego es para entonces un cadáver político: enterrar a los muertos.

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