domingo, 19 de agosto de 2012

CONCIENCIA Y LEY (19 de agosto de 2012)


El Diario Montañés, 19 de agosto de 2012

Nuestros gobernantes andan revueltos con la tijera. Y, aunque argumentan que están obligados a hacer recortes que no desean, parece que de tanto practicar le están cogiendo el tranquillo. Ahora acaban de dar un preocupante salto cualitativo: el decreto que deja sin asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles, más que un tijeretazo, es un hachazo a la dignidad humana.
Ante tal hecho, y apelando a la objeción de conciencia, unos cuantos médicos de toda España anuncian su intención de seguir atendiéndolos, pero un informe del servicio jurídico de la consejería de Sanidad de Cantabria –qué desvelo el suyo por la causa– ha puesto las cosas en su sitio con un argumento que, aunque serio, parece un disparate: la objeción de conciencia tiene sentido cuando se trata de «una situación pasiva», cuando «se deja de hacer algo» (como practicar un aborto). Los médicos ahora plantean lo contrario, «hacer algo» (atender a los inmigrantes), y ahí, no ha lugar el amparo. (El matiz se las trae. Lo que la ley defiende es el derecho a «no hacer», justo lo que se pide a los sanitarios: que no hagan nada).
Quien parece que también va a permanecer pasivo ante el fallo del Tribunal Supremo, que ha ratificado la legalidad de la retirada del concierto económico al colegio Torrevelo, es Miguel Ángel Serna, el consejero de Educación. Él se lo ha vuelto a conceder –era un caso de conciencia activa– aprovechando una burda argucia de este centro masculino, que se ha unido administrativamente a otro femenino, aunque no en las aulas. Según Serna, la sentencia confirma que ha acertado en su decisión, porque negar la ayuda tras esta nueva circunstancia sería discriminatorio. La Ley, está claro, es poliédrica y admite muchas interpretaciones.
Cuando no sé muy bien cómo rematar este artículo, Raphael viene en mi ayuda. En la habitación contigua comienza a sonar el famoso ‘Cambalache’: «Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé...».


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