El Diario Montañés, 9 de octubre de 2013
Hoy tengo
unos cuantos nudos en el entendimiento. No soy capaz de explicarme qué ha
podido pasar por la mente de Ildefonso Calderón para decir que «la autonomía
tiene que meter en Torrelavega dinero por un tubo en los presupuestos de 2014,
porque si sólo lo sigue metiendo en Santander y en pueblucos, lo mejor es que
se disuelva y nos gobierne Rajoy».
Cuando
rememoro el tiempo lejano en que unos cuantos soñadores salimos a la calle
reclamando una autonomía que entonces parecían reacios a concedernos, aún siento
el soplo de aire fresco de aquel ideal. Eran tiempos de esperanza, de
democracia naciente. Estábamos seguros de poder con todo, aunque no nos habían
educado para ello, porque veníamos de una dictadura que, para intentar
anularnos el pensamiento, se aplicaba en pensar por nosotros. En el
autogobierno intuíamos la solución a unos males que habíamos plasmado en una
imagen que se hizo popular: el gobierno central, de tanto ordeñarnos la vaca,
nos la estaba dejando seca. Ahora queríamos ordeñarla nosotros, dando, eso sí,
la parte de leche que le correspondiera a la hacienda central, y repartiendo el
resto con equidad entre los ciudadanos de Cantabria. Queríamos
responsabilidades –después las llamaron competencias– porque nos sentíamos muy
capaces de asumirlas y administrarlas.
Ahora,
muchos años después, frente al pelotón de las manifestaciones del descontento
en Torrelavega y amenazado por una probable moción de censura, el alcalde de
los largos silencios, lavándose las manos en cuanto a su responsabilidad, ha
hablado. Y ha lanzado una idea que cuestiona la propia autonomía y pone al
borde de la incompetencia a nuestro presidente regional, al proponer que nos
gobierne Rajoy. La cosa sería de risa de no ser porque, además de alcalde,
Calderón es diputado regional en virtud de un estatuto que ahora parece
despreciar.
No
deberíamos sorprendernos. Ya sabemos que su personalidad alternante le permite
votar una cosa y la contraria, dependiendo del lugar en que se encuentre. Como
médico, tendría que mirárselo.
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