martes, 29 de abril de 2014

CONVERSACIONES DE FERIA (30 de abril de 2014)


El Diario Montañés, 30 de abril de 2014

Domingo. Plaza del Ayuntamiento de Santander. A las 11 de la mañana abre la feria del libro, media hora más tarde que otros días. Los libreros pliegan las lonas que protegen las carpas por la noche. El encargado de sonido inserta un CD de Niña Pastori, puro cante jondo que saluda a los más madrugadores. A las 12 aparece César Torrellas. Viene de hacer deporte. Delgado, cual nuevo Quijote, cabalgando una bicicleta de montaña. Se interesa por la feria. Es visitante asiduo, con americana o con ropa deportiva. A las 12’10 se vende el primer libro en el stand del Gremio de Editores. No tañen campañas, pero por la calle Isabel II «pasa un furgón de policía y suena una sirena de ambulancia». La gente mira y vuelve a mirar. Algún valiente hasta compra. Crisis económica y crisis cultural se entremezclan en las conversaciones: «Los jóvenes ya no leen, con los ordenadores, los teléfonos y esas cosas..., y los viejos leemos poco», dice una señora cuando pasa frente a la mesa de los libros. «No hay para pan, y va a haber para peras», le contesta su compañera. «Qué bonitos son, ¿cuánto vale éste?». «Dieciocho euros, señora». «Uff, ¡qué caro!». «Menos mal que ya estamos saliendo de la crisis». «Por lo menos el tiempo nos respeta, porque el año pasado fue el diluvio. Y con un frío...».
El viernes vino Joaquín Leguina Herrán a leer el pregón. Dijo que no pasó hambre durante la guerra porque su abuela Pilar –mi bisabuela– tenía una panadería en Villanueva de Villaescusa, y no le faltó nunca el pan. Los más jóvenes no saben que fue el primer presidente de la Comunidad de Madrid, y que duró tres legislaturas. Ni que ‘Los Refrescos’ le cantaban «¡Escucha, Leguina! Aquí no hay playa».
Nuestro presidente aún no ha pasado por la feria. «¿No te has reído ya bastante de nosotros?», le preguntaron el otro día los trabajadores de Sniace. «A eso vengo», contestó él, desafiante.

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