martes, 8 de julio de 2014

ECONOMÍA REAL (9 de julio de 2014)


El Diario Montañés, 9 de julio de 2014 

Íñigo Calvo, profesor de la Escuela de Negocios de Deusto, ha expresado con autoridad académica lo que ya sospechábamos muchos: «Hacía falta algo de austeridad, pero nos hemos pasado de frenada. Después de casi seis años de recesión, la devaluación de los salarios ha culminado con una gran precarización del empleo». Al mismo tiempo que su afirmación, hemos conocido esta semana que el gasto de las familias españolas ha sido por vez primera superior a los ingresos. Y esto sólo tiene dos lecturas, o los españoles hemos creído a pies juntillas los reiterados anuncios de la recuperación macroeconómica que está viniendo y nos hemos vuelto manirrotos, o es que no ganamos lo suficiente para poder cubrir nuestras necesidades más básicas. Personalmente pienso que la verdadera es la segunda, y que la situación es muy poco halagüeña, ahora que el perdón de las deudas ha sido eliminado hasta en el Padrenuestro.
Este periódico daba recientemente la noticia de un joven que había recibido nueve puntos de sutura en la cara y no había denunciado a nadie. Lo que podía haber sido una desinteresada manifestación de perdón fraterno se fue al traste cuando recibió la factura por la asistencia médica. Entonces –la sombra del dinero hace que muchas voluntades vacilen–, el agredido denunció a su agresor. Éste, al ser detenido, es posible que maldijera entre dientes a quienes mantienen que nuestra Sanidad sigue siendo universal y gratuita, porque ahora es él quien debe hacerse responsable de todos los cargos. Adiós a los gestos generosos. Sálvese quien pueda.
Cualquier gasto imprevisto puede quebrar bolsillos e intenciones. Por eso me preocupa últimamente que Felipe Juan Froilán, con sus reiteradas malas notas, pueda hacer un agujero en el presupuesto familiar borbónico. Ya ha repetido dos veces el segundo curso de la ESO –pagando 330 euros mensuales en un colegio privado– y puede pasar el verano «en un internado que les costará a sus padres 1.540 euros».
La economía real no gana para sustos.          

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