martes, 9 de septiembre de 2014

PATRIOTAS DE TRAPO (10 de septiembre de 2014)


El Diario Montañés, 10 de septiembre de 2014




El Centro de Investigaciones Sociológicas acaba de publicar un estudio según el cual el 69% de los cántabros nos sentimos «muy orgullosos» de ser españoles. Y sacamos diez puntos a los segundos, los murcianos. Esta cifra global es el resultado de una clasificación en la que somos los primeros del país en sentir «una emoción muy fuerte» cuando suena el himno nacional –se nos pone la piel de gallina, vaya–; los segundos en mostrar redaños para tomar un fusil y defender la nación –puro ardor guerrero–; y los cuartos si se habla de conmoverse ante la presencia del pendón rojigualda –lo tenemos en un altar–. Según tal estudio, somos la salvaguardia de los valores patrios. Los vigilantes de las fronteras. La quintaesencia de la marca España, su plaza fuerte, su bastión –siguiendo con las metáforas militares–, aunque tal marca se devalúe por los escándalos del «pilla el dinero y corre».
Yo, que me siento cántabro y español al mismo tiempo y en ese orden, pero moderadamente, confieso que habría mandado a hacer puñetas a los sesudos muchachos del CIS. ¡Qué nivel en el siglo xxi!: ¿Qué siente cuando escucha el himno nacional? ¿Defendería la nación con las armas ante una invasión extranjera? ¿Qué le sugiere la bandera?… No quiero imaginar si el resultado de nuestras respuestas se hubiese extrapolado a vascos o catalanes. Aún estaríamos riéndonos de su ridícula actitud nacionalista –o censurándola en sesudos análisis políticos–, sin darnos cuenta de que, aunque de distinto signo, su visión es idéntica a la nuestra.
Estos días que el espectáculo está en la bahía, seré espectador del despliegue de los veleros sobre las aguas mansas, aunque, como casi todos, no entienda nada de este deporte que conjuga viento y física. Pero no me veréis con una gorra roja en la cabeza agitando banderitas rojigualdas cuando un español pase el primero por la línea de meta.
Me alegraré, sí. Mas no soy aficionado a los colores corporativos.

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