martes, 26 de enero de 2016

EL MUPAC (27 de enero de 2016)


El Diario Montañés, 27 de enero de 2016

El giro inesperado que dio en su día José María Lassalle para desplazar el Centro Internacional de Arte Rupestre de la UNESCO y el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) de su ubicación inicial 
–prevista en el edificio del Banco de España– nos tiene a todos en vilo. Entonces los responsables políticos se apuntaron con euforia al cambio, pero ahora piden firmas de convenios a toda prisa porque le empiezan a ver las orejas al lobo, no sea que con el otro cambio que se prevé –el político– se vaya todo al garete y nos quedemos, una vez más, a dos velas.
Yo presuponía que entre Lassalle y Lafuente existía buena relación, pero no hasta el punto de que intentaran ubicar los fondos de una colección privada en un lugar que ya se había asignado al MUPAC por Orden Ministerial de mayo de 2013. Y menos habiendo como hay otros espacios disponibles por la desangelada geografía capitalina. Pero parece que esto de colocar «lo mío donde a mí se me antoje» es algo consustancial a nuestra idiosincrasia, tan hidalga, tan señera.
El pasado domingo el director del MUPAC, Roberto Ontañón, se despachó a gusto en este periódico manifestando que «la operación Lafuente es un desatino que usurpa un equipamiento cultural público». Coincido con él. Quienes me conocen saben que amo los libros por sobre todas las cosas, pero tengo claro que como museo no tiene parangón uno que muestre la riqueza de la prehistoria regional –que atesora vestigios que nos han dado fama fuera de nuestras fronteras–, con otro que exhiba libros, revistas, documentos y obras de arte de las vanguardias del siglo xx. Aunque venga acompañado –que eso está por ver– del caramelo del Reina Sofía.
No obstante, el debate sobre este asunto no debe ser «anacrónico, paleto ni provinciano». Un museo no tiene que desbancar al otro. Pueden y deben convivir los dos. Pero hay que dejar claro que el de prehistoria, por tradición e importancia, y después de tantos años arrastrando sus fondos por los bajos de varios edificios, tiene prioridad no sólo para elegir ubicación, sino para que se respete la que ya tenía asignada.

(A Miguel Ángel García Guinea, ‘in memoriam’)

No hay comentarios:

Publicar un comentario