martes, 26 de septiembre de 2017

VIVIR PARA VER (27 de septiembre de 2017)


El Diario Montañés, 27 de septiembre de 2017

Los cántabros vivimos inmersos en una rueda de promesas que suelen acabar en frustraciones, de ahí nuestra melancolía. Hasta donde me alcanza la memoria, todo pudo empezar con el fracaso del ferrocarril Santander-Mediterráneo, cuya utilidad, desafiando nuestra capacidad de engaño, intentamos salvar una y otra vez con algún proyecto para la estación de Yera y el túnel de La Engaña. Llevamos doce años esperando la autovía que nos unirá con Madrid por Aguilar de Campoo, un trazado de larga distancia al que nos tuvimos que resignar tras haber proyectado túneles imaginarios por el Escudo, porque soñar no costaba nada. De la autopista a Logroño, que nos comunicaría con el Mediterráneo, no hemos vuelto a tener noticias. Al AVE le cortaron las alas a cambio de un tren de altas prestaciones que nos pondrá en Madrid en tres horas, el tiempo preciso para ver íntegras las películas de larga duración que proyectan durante el trayecto. En la capital, el anillo cultural tiene retrasos difíciles de entender, y el MUPAC se ha salido de su órbita para ser levantado junto al Palacio de Festivales (según un cronograma que ha presentado el consejero saliente –y que espero que no cambie el entrante– las hipotéticas obras del edificio comenzarían en marzo de 2019 y tendrían un plazo de ejecución de dos a tres años, es decir, que si nada falla, habrá nueva sede en 2022). También el antiguo túnel de Tetuán, que ya estaba construido en 1892, tendrá una larga etapa de acondicionamiento y no se abrirá hasta principios de 2019, aunque, al fin y al cabo, su apertura es una apuesta, más que necesaria, de imagen.
Como perseveramos en la esperanza, para relanzar algunos de estos proyectos hemos puesto nuestras expectativas en el ministro de Fomento, cántabro a la sazón. Aunque para ver otros definitivamente concluidos nuestro lado más pragmático nos hace confiar en un prodigioso zapatero americano, que nada tiene que ver con aquel otro de apellido Rodríguez, y en que las nuevas generaciones puedan alcanzar cien años de vida: el tiempo mínimo necesario para ver concluida alguna obra en Cantabria.

martes, 19 de septiembre de 2017

EL PACTO DE LAS ALBARCAS (20 de septiembre de 2017)


El Diario Montañés, 20 de septiembre de 2017

Lo he llamado el pacto de las albarcas, pero también podía haberlo denominado el convenio del babi. Ha tenido su imagen gráfica en la romería de San Cipriano, un día después de que Eva Díaz Tezanos lanzara un órdago en otra romería, la de la Bien Aparecida. El acuerdo entre el PSOE y el PRC ha llegado, rubricado con un apretón de manos de Revilla y Zuloaga, tras dos semanas de negociaciones en los despachos, aunque en nuestra retina quede el saludo romero de ambos protagonistas, ataviados con babis, calzados con albarcas y con un palo en la mano.
Zuloaga tenía previsto hacer cambios en dos de las consejerías de su partido, pero su bisoñez política le llevó a actuar con tanta imprudencia que de algunos matices de esos cambios se enteraba el presidente Revilla por la prensa. Y no es bueno despreciar a un viejo zorro en lides negociadoras, pues al final se ha hecho fuerte y ha llevado la situación a su terreno: en el PSOE todo ha quedado casi como estaba –Eva Díaz Tezanos mantiene de momento su poder–, y el PRC logra una «subida significativa» del presupuesto del próximo año. Por el camino se ha quedado Ramón Ruiz, una persona honesta, que sabía mucho de Educación y se defendía –como los últimos consejeros del ramo– en Cultura y Deporte. Ruiz ha vivido estos días el calvario de una sustitución anunciada, que no se debe a su gestión sino a la fidelidad que ha mantenido con sus gentes de confianza.
El propio Revilla ha exigido ahora que Francisco Fernández Mañanes, el nuevo consejero, además de traer el equipo completo y los cargos bien definidos, respete hasta el final de la legislatura los acuerdos alcanzados por su predecesor. Menudo corte de alas. Además, ha añadido unas palabras enigmáticas, al decir que aceptará los nombres que proponga el PSOE, «si no hay nada que nos haga pensar que nos presentan a gente que no tiene una vida normal».
¿Se estarían barajando algunos de vida disoluta? Como esto va de romerías, a lo mejor nos enteramos en San Mateo.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

LOS VIAJES DEL IMSERSO (13 de septiembre de 2017)


El Diario Montañés, 13 de septiembre de 2017 

Al tiempo que finaliza el verano y cierran algunos negocios turísticos por falta de rendimiento económico, no se pueden abrir residencias de mayores, pese a la necesidad que hay de ellas, porque los márgenes de explotación resultan escasos.
En esto de los márgenes se ha apretado mucho últimamente. Hace unos años, cuando el retroceso económico parecía una posibilidad remota, los que imaginan el futuro auguraban que el siglo veintiuno sería el de la civilización del ocio. Así lo hacía prever el número creciente de jubilados, a los que se suponía un poder adquisitivo que garantizaba su porvenir. Ellos deberían ser la base de negocios que se levantarían, sobre todo, en torno al turismo, la cultura y la dependencia.
En cuanto a la dependencia, ya sabemos cual es la situación actual. Sobre la cultura, no conozco que se pusiera en marcha ningún plan específico, más allá de los descuentos en los espectáculos. Fue en lo referente al turismo donde se dieron los pasos más decididos, con la creación de los viajes del Imserso, que nacieron con la pretensión de que nuestros mayores conocieran lugares nuevos y los hoteles de las zonas turísticas permaneciesen abiertos durante la temporada baja.
Pero llegó el futuro. Y ni nuestros jubilados viven tan bien como se preveía ni nuestra economía se ha recuperado tanto como nos pintan. Quizá por eso el Gobierno ha decidido prorrogar este año, con los hoteles que se acojan a la promoción de los viajes del Imserso que ahora comienza, las mismas condiciones económicas que en las dos campañas anteriores. Algunos hosteleros murcianos han comenzado a borrarse de la lista, y los de la Costa Blanca han dicho que esta campaña respetarán esas condiciones, pero que la próxima quieren un 20% de aumento, porque la situación es insostenible (un hotel de cuatro estrellas debe ofrecer alojamiento y pensión completa –con agua y vino incluidos– por 21 euros por persona y día).
Avisan con un año de antelación. Tiempo suficiente para solucionar un problema que, aunque lo parezca, no es menor. Hay más de un millón de jubilados viajeros: muchos votos en juego. 

martes, 5 de septiembre de 2017

LA FOTO (6 de septiembre de 2017)


El Diario Montañés, 6 de septiembre de 2017

Ya están aquí, fornidos, con lanza larga y espada corta, vociferando cantares y golpeando en sus escudos para amedrentar al enemigo. Son los Aunigainos, guerreros mercenarios temidos por su fiereza, adoradores –sangre y fuego– de Erudino. Siguen a su jefe Arquio, «El Grande», que recibió de Ambato la espada del mando que se transmite por la sola herencia del valor.
Dos jóvenes se han unido esta campaña al desfile de la tribu por las vías corraliegas: Pablo Zuloaga y Pedro Casares. Ambos 
–cuerpo fino, idóneo para moverse en palacio, y pies ligeros, dignos herederos de los del veloz Aquiles– calzan sandalias de cuero y no molestas pieles, como si fueran a tomarse un baño en el Sardinero un día de asueto. Avanzan seguros antes de pasar por la tribuna de autoridades, donde el jefe de todas las tribus cántabras espera, presidiendo la marcha guerrera, flanqueado por sus consejeros.
Los Aunigainos llegan frente a él. Y Pablo lo saluda –cinta en la cabeza, cara pintada, collar al cuello y cuerna en la cintura– con la diestra elevada, empuñando la espada de antenas. Se siente fuerte y bien respaldado, porque en lo alto de la grada sus fieles lo aclaman. Además, sabe que el jefe acaba de llegar de la capital del reino, donde le han transmitido el total apoyo a cuantas decisiones él tome, por dolorosas que sean o inexplicables que parezcan. Y el jefe –veterano en lides políticas– acatará la orden, disfrazada de consejo. Acaso por ello algunos de sus consejeros prefieren no mirar al joven guerrero. Son esas leyes no escritas de la política, a la que todos dicen –Zuloaga, el primero– que hay que llegar con el billete de ida y vuelta en el bolsillo, si bien luego muy pocos utilizan el del regreso definitivo a casa y prefieren apearse en estaciones intermedias.
Ya están aquí los Aunigainos. Y los viejos de la tribu les han dicho que no tengan piedad con los vencidos, porque no hay peor cuña que la de la misma madera.
Pero en ocasiones también los viejos se equivocan.