miércoles, 28 de marzo de 2018

CICLOGÉNESIS (28 de marzo de 2018)


El Diario Montañés, 28 de marzo de 2018

Las ciclogénesis no nos dejan ni a sol ni a sombra y nos hunden en la penumbra turística. Dicen los expertos que eran fenómenos más propios de otras latitudes –Inglaterra o Irlanda–, pero con el cambio climático han variado su deriva y ya son demasiado habituales por las nuestras. ‘Hugo’, la última en llegar, ha entrado en Cantabria volando tejas, tronzando árboles, encabritando al mar y dejando su huella de desolación en las reservas hoteleras –parece que sólo la capital aguanta el tipo–. Y por más que José Luis Arteche, el responsable de la Agencia Estatal de Meteorología Territorial, intentara edulcorar en una emisora local un pronóstico que sin duda conocía –Revilla debería estarle agradecido de que no desvelara el auténtico aspecto que presentaba la orina del enfermo, muy oscura por las borrascas–, no ha conseguido frenar la huida de un turismo que, pese a las sabias indicaciones de Esteban Ruiz, no sabe qué cosas hacer en Cantabria cuando llueve. Mal negocio el nuestro, con veraneantes que miran al cielo, acaso porque no tenemos mucho que ofrecerles bajo cubierta (¡cuánto envidio la oferta cultural de otras regiones que no tienen playas!).
Como nunca llueve a gusto de todos, la buena noticia es que las aguas del pantano del Ebro aumentan sin parar y ya superan en más de cien hectómetros cúbicos la medida máxima que alcanzaron en 2017. Con tales niveles no habrá problemas de abastecimiento para los fieles visitantes del verano. La mala, además de la caída del turismo, es que los pasos procesionales de Semana Santa quizás no puedan desfilar por las calles de nuestras ciudades, siempre abiertas para ellos en un encomiable ejercicio de respeto a las tradiciones cristianas, pese a que, según la Constitución, en nuestra heterogénea España ninguna confesión tiene carácter estatal.
Quizás el consejero de Turismo pensase que, en justa reciprocidad, la iglesia le iba a ceder sin mayores problemas el aparcamiento de Santo Toribio para celebrar el espectáculo profano de la clausura del Año Jubilar. Dio en piedra. No hay ciclogénesis que altere los principios fundamentales de esta institución milenaria. Aunque sea explosiva.

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