El Diario Montañés, 4 de abril de 2018 ©DM
En nuestra
insegura economía, la mejoría o el empeoramiento de los datos nunca son
definitivos. Lo que hoy es bueno, mañana puede ser malo. Y viceversa. Sucede
con las cifras del paro, inestables hasta la desesperación, por aquello de que
cuando los puestos de trabajo son eventuales no es posible fijar nada, porque
nada es definitivo. Hay estadísticas de empleo en las que un mes tenemos los
mejores resultados de España y al mes siguiente los peores. Algo similar ha
ocurrido con el turismo esta Semana Santa, cuando los datos en el parque de
Cabárceno –un termómetro preciso– cambiaron de signo de un día para otro. El
viernes se batió el récord de la década en cuanto a visitantes, pero el sábado
apenas se alcanzó la mitad que el mismo día del año anterior. Lo que demuestra
que la economía, cuando depende de la meteorología, es frágil, desvalida, y
siempre está a la intemperie.
En defensa de
tan menesterosa situación, Revilla se ha echado al monte para luchar en
desigual combate contra los gigantes –en Peña Cabarga y en mangas de camisa,
hay que tener mucho valor– y demostrar que los telediarios se equivocaban en
sus predicciones meteorológicas. Mientras, en el gobierno de coalición que le
está tocando sufrir, se le agigantaban los enanos. El último problema, hasta
ahora, ha sido el caso de Joaquín Ruiz Sisniega, gerente de la Fundación
Marqués de Valdecilla, que compatibilizaba tal gerencia con una pensión de
incapacidad permanente total, a la postre incompatible. La ley contempla que un
trabajo remunerado y una pensión sólo pueden coexistir si las funciones del
trabajo no coinciden con las que dieron lugar a la incapacidad. Y en el caso de
Ruiz Sisniega, según parece, eran tan similares que coincidían en todo.
En su particular
semana de pasión, cuando regresó del monte, el presidente se encontró con el
calvario del fuego amigo. Un sinvivir, sólo paliado con la satisfacción de ver
publicado un nuevo libro en el que denuncia muchas cosas y defiende la
virilidad de ‘Furaco’. Menos mal.
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