El Diario Montañés, 9 de mayo de 2018
Si
no se me aplaude la gestión realizada, me voy, dijo el pasado miércoles Pérez
Gil, gerente del Servicio Cántabro de Salud, algo que todavía está por ver (si
le aplauden o no, y si se va). A su vez, Manuel Higuera, presidente de nuestro
representativo en el fútbol de tercera, se acaba de ir tras confirmarse la
práctica imposibilidad de que el Racing dispute las eliminatorias de ascenso.
De nada sirvieron los fichajes en tropel ni la llegada de Pouso con su lenguaje
militar de coños y joderes. Cuando no se puede, no se puede y además es
imposible, dicen que dijeron ‘El Gallo’ o ‘Guerrita’, que en esto los expertos
no son unánimes. Lo cierto es que aunque el partido de San Sebastián se vendió
como una batalla, los nuestros apenas plantaron cara, para desesperación del
sargento Pouso y disgusto de la hinchada, que afeó el escaso ardor guerrero de
los jugadores a la hora de defender la camiseta. Queda patente que los equipos
de mercenarios no suelen dar buenos resultados cuando se trata de luchar por
los colores de un club.
Más
que marcha, fue fuga masiva la que se produjo en el parque de Cabárceno en
2015, cuando se escaparon 80 ciervos y un oso, si bien el plantígrado no llegó
a salir del perímetro de la instalación. La leona ‘Petra’ ya nos había dado un
susto con anterioridad, y un hipopótamo se había colado en una cuadra del
pueblo de Cabárceno para compartir el forraje con las vacas. Pensábamos
entonces que las fugas eran algo natural, pero resulta que se producen porque
el parque incumple la ley y no tiene cierre perimetral. Si además se añade que
hay un informe demoledor del coordinador de servicios veterinarios sobre las
condiciones insalubres que tienen los animales dentro de algunas instalaciones,
la situación es muy delicada, porque peligra el buque insignia del turismo
regional por falta de mantenimiento.
Malo
es que tres pilares de nuestra sociedad –sanidad, fútbol y turismo– se
tambaleen por lo que parece una mala gestión. Aunque, francamente, lo del
fútbol me importa un bledo.
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